lunes, 24 de marzo de 2014

Un clásico. Escuela de Robinsones. Julio Verne.

Año 1882, novela por entregas. Resumen: todo comienza con al compra de una isla del Pacífico por parte de un hombre millonario. Su sobrino aparece en el siguiente capítulo deseoso de vivir aventuras antes de casarse. así se embarca en uno de los barcos de la compañía. este sufrirá un naufragio al que solo sobreviven él y su maestro de baile, que lo acompañaba en contra de su voluntad. se enfrentarán a los peligros que aparecen, muy similares a los que tuvo el Robinson Crusoe de Daniel Defoe. Todo esto tendrá un desenlace que algunos han ido intuyendo, pues el autor deja pistas.
De vez en cuando conviene releer un clásico y si es en una edición más o menos decente, mejor. Esas portadas de cartón y el papel oscurecido, rugoso y con olor a lo que es, lo engrandece. Casi siempre que buscas entrevistas de escritores actuales y se les pregunta por sus influencias, salen los autores de novelas de aventuras como Julio Verne, Emilio Salgari... Está claro el porqué. Si no lo sabes, compruébalo. El ritmo de la narración ya no es el mismo, lo cual dignifica. las frases son más elaboradas, fuera del estilo "y", "y", "y". ¿Se puede escribir así en esta época? Mis novelas pecan de veloces, lo sé y se alejan de las clásicas. ¿Podrá cambiarlo? No me importaría, pero quizás la publicación aún sería más difícil. Nos moveos en un cambio total. Que alguien compare el ritmo de Espartaco de Stanley Kubrick (1960) con Gladiator (2000).

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